Aquellos líderes que logren consolidarse como personas reconocidas como longánimes, tendrán mas oportunidades de empleabilidad en los años que vienen.
Estarás de acuerdo que la #Pandemia del #Covid19 produjo, entre otros, dos efectos: aceleró la llegada de la #CuartaRevolución en la medida en que muchos de los negocios que tenían previsto desarrollarse digitalmente en los dos años siguientes, lo tuvieron que hacer en apenas pocos meses. El segundo, empobreció a muchos países. Esto implica que las empresas hayan tenido que ajustar sus estrategias comerciales a las nuevas realidades presentes, reestructurar sus esquemas financieros y por ende sus estructuras organizacionales.
Ademas de los anteriores, hay otro factor que no es menos importante: puso el liderazgo a prueba. Y aquí no quiero hablar de todo aquello que ya sabemos sobre el tele trabajo y la dirección intempestiva de equipos remotos. Me refiero al desafío de estar a la altura de esta nueva normalidad.
En la Lección 1 ya esbozaba que es la longanimidad y los cuatro factores que la componen. Hoy quiero mostrarles porque creo que será una competencia que hará la diferencia en un futuro.
La situación es muy sencilla. Años atrás, la dirección de un equipo estaba basado en las competencias técnicas. Con la llegada de los Millenials al mundo laboral, la calidad de los líderes fue retada. En estas circunstancias, algunas empresas fortalecieron sus Modelos de Liderazgo para atraer a una nueva fuerza de trabajo. Temas como el Employing Branding surgió como tendencia, y dentro de este, los líderes se convirtieron en un factor diferencial. El coaching y la mentoria inundaron las estrategias de Recursos Humanos y las personas se abocaron a trabajar en el desarrollo de su personalidad, pero a un ritmo que aguantaba la lentitud en el cambio. En muchos casos, se toleraba que su "estilo" tuviera oportunidades de desarrollo, si técnicamente su desempeño era impecable.
Esos tiempos quedaron atrás. Los líderes post-pandemia requieren saber que su meta hacia un liderazgo ideal, esta lejos de ser la de un líder coach o un líder asertivo. El salto que se dio por la pandemia, de hecho es bastante irregular y exigente a la vez. En primera instancia, se necesita volver a la disciplina del líder que lograba los resultados inmediatos y de corto plazo de manera certera y sostenida, gracias a su claridad, fuerza y firmeza en la dirección. En otras palabras, se necesitan líderes directivos para epocas de crisis. Pero, y aquí esta el secreto, lo anterior es necesario combinarlo con un estilo personal que primero que todo muestre un trabajo interior en la persona misma, fortaleciendo su integridad, su madurez emocionalmente y seguridad en si mismo. Igualmente hacia afuera, reflejando y transmitiendo sensibilidad interpersonal, inspiración, capacidad de soñar en grande y de "jugársela por el otro" independientemente de las circunstancias, como medio para construir equipos de trabajo altamente productivos. Y todo es es lo que caracteriza a un ser longanime por excelencia.
lLa nueva normalidad exige velocidad en adquirir estas destrezas. La razón? Porque llegar allá ya no es el "nice to have"; es la necesidad imperiosa de hacer empresas atractivas para trabajar y de atraer y retener el talento que sacará los negocios adelante.
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